CRÓNICA DE 19062020

Mientras trabajaba repartiendo en bici para Uber en Melbourne grababa a modo de anotación lo que veía, por no tener mucho tiempo mientras repartía y sobre todo porque tenía el móvil muy a mano. Eran vídeos cortos, grabados la mayoría en movimiento y con relación directa a algunas obras que pinté allí y no pude traer. La mayoría las pegué en la calle y otras las tiré a la basura. En el momento de pedalear la motivación era mayor que en casa en el momento de pintar; grabar primero y visualizar después mientras pintaba era de algún modo volver a ese momento y sacar lo que me interesaba para la obra pictórica. También fantaseaba con la idea de que alguien viese las obras en la calle (antes de pintarlas ya sabía que no las podía traer y las iba a dejar en cualquier sitio) y pudiese saber, gracias al vídeo, la procedencia de la obra, y así, si se sentía parecido, supiese que no era el único. La obra pictórica 19062020 de por sí ya trata lo que necesitaba contar de echar tantas horas en la bici. Pero el formato vídeo nos traslada en el tiempo al momento y lugar en que fue realizada la grabación, y la intención es generar un relato visual, no abordar la sensación que yo pudiese sentir: el tiempo es la materia prima del vídeo, y es precisamente el transcurrido entre la motivación inicial y el deshacerme de 19062020 de lo que trata Crónica de 19062020. Su contexto y quienes se puedan ver comprendidos no (solo) en la obra, sino sobre todo en la situación que la engendró.

Diciembre 2020

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Charles Rusell working on the painting Whose Meat?, 1914, 2021.